Neuroplasticidad y educación (Entrevista a Sarah-Jayne Blakemore en Redes 44: “Entrena tu cerebro, cambia tu mente”, 2009
La plasticidad
cerebral, confirmada experimentalmente hace tan sólo unos siete años,
tal vez sea uno de los hallazgos más revolucionarios de la neurociencia
para la educación. En la entrevista que aquí presentamos a la
neurocientífica Sarah-Jayne Blakemore realizada por Eduard Punset en su programa televisivo Redes para la ciencia, en La 2 de
RTVE, en el mes de noviembre de 2009, se afirma que el cerebro es un
órgano elástico, moldeable a lo largo de la vida y que el ejercicio de
las funciones cognitivas reconfigura la red neuronal, ampliando el
número de sinapsis y el tamaño de algunas partes del cerebro, en
particular del hipocampo, que es la parte encargada de la memoria y el
aprendizaje. Incluso ya se ha confirmado empíricamente que el número de
neuronas con el que se nace no es fijo, como se creía hasta hace poco,
sino que crece a lo largo de la vida bajo la influencia de los estímulos
cognitivos.
Según
Blakemore el tamaño del cerebro aumenta o disminuye en función de las
prácticas y los entrenamientos cerebrales, incluso cuando tales
ejercicios sólo son imaginados y no realizados a través de una conducta,
como se ha descubierto a partir de la investigación de las neuronas
espejo. Este descubrimiento es de suma importancia en la educación,
porque, por una parte, mediante la estimulación externa pertinente y el
entrenamiento cerebral adecuado se pueden modificar y mejorar las
funciones cognitivas del cerebro, y por otra parte, mediante la
simulación o experimentación mental de aquel aprendizaje se pueden
alcanzar los mismos resultados con un grado semejante de eficacia. En
este sentido, resultan tan eficaces para el entrenamiento cerebral la
ideación de estrategias y la búsqueda de soluciones que nos permiten
adaptarnos al medio como la realización de ciertos ejercicios virtuales
como los puzzles complejos, los juegos lógicos, los videojuegos de
simulación y los videojuegos educativos que mejoran ciertas habilidades
cognitivas.
Por lo demás,
la investigación de las neuronas espejo también ha puesto de manifiesto
la influencia de las interacciones sociales en el aprendizaje, lo que en
la práctica educativa significa que la clase presencial y el papel del
docente como mediador del conocimiento es de suma importancia y no es
sustituible por recursos informáticos en el mismo grado de eficacia para
garantizar el aprendizaje. Lo que sabe y lo que hace el docente es lo
que imita el alumno, hasta el extremo que podemos enunciar el siguiente
lema: no hay alumnos idiotas, sino docentes incompetentes.
Por otro lado,
Blakemore refuta toda clase de fixismo o determinismo genético en el
funcionamiento del cerebro. Si bien es cierto que existen períodos
críticos del aprendizaje que son particularmente idóneos para favorecer
ciertos aprendizajes, como es el caso de los idiomas antes de la
pubertad, no es menos cierto que el cerebro tiene la capacidad de
realizar toda clase de aprendizajes en el curso de la vida. De hecho,
con el entrenamiento cerebral adecuado se pueden recuperar incluso
funciones cognitivas perdidas, infrautilizadas o incluso afectadas por
grados no severos de discapacidad.
En relación a este hecho, tenemos el caso paradigmático de Barbara Arrowsmith,
quien consiguió desarrollar sus funciones cognitivas realizando un
serie de ejercicios repetitivos de estimulación cognitiva. El éxito de
su programa de entrenamiento cerebral la llevó a fundar una escuela para
alumnos con discapacidades cognitivas que tiene un índice de éxito del
80%. En el siguiente reportaje la misma Arrowsmith explica su
experiencia:
Y en este otro
reportaje se analiza la validez del método Arrowsmith a la luz de las
evaluaciones realizadas por neurocientíficos:
El caso de
Barbara Arrowsmith me ha traído a la memoria una entrevista que leí hace
algún tiempo y cuyo relato me pareció fascinante al mismo tiempo que
terrible. Me refiero al caso de Cristina Montes,
un ejemplo de las luces y sombras de nuestro sistema educativo por lo
que se refiere a la superación de las disfunciones cognitivas y a la
capacidad de reconfigurar nuestro cerebro para que el proceso de
ensañanza-aprendizaje resulte eficaz: