Acoso escolar y Autismo
Bullying.
Una palabra inglesa que todavía no ha entrado en nuestro diccionario
pero que ya es utilizada en los medios de comunicación y el lenguaje
común, pero que sobre todo hace referencia a una realidad que forma
parte de nuestras vidas: el acoso escolar. El bullying es esa
persecución salvaje y cruel que se da en demasiadas aulas. Todos tenemos
la experiencia del niño que en nuestra clase era distinto (más tímido o
más torpe o más inteligente o menos popular o…) que era la víctima, de
una forma persistente y feroz por parte de otros compañeros de clase.
Un estudio realizado sobre niños y adolescentes en Estados Unidos ha
encontrado que casi la mitad de los niños con autismo sufren acoso
escolar. Esta proporción es cuatro veces mayor que en los niños sin
autismo en las mismas ciudades, en las mismas escuelas, en las mismas
clases. Los niveles de acoso eran muy variables y entre las estrategias
observadas se han descrito niños que eran agobiados hasta que tenían
una rabieta o eran forzados a una situación de agresión o autoagresión.
Los investigadores realizaron encuestas que completaron 920 padres y
responsables educativos para estimar los niveles de acoso entre niños de
13 a 16 años. A lo largo de un año, 46,3% de los niños con autismo
fueron víctimas de acoso mientras que en la población sin autismo el
porcentaje fue del 10,6%. Otro estudio anterior había mostrado que de un
total de 1167 niños con TEA de edades entre 6 y 15 años, un 63% había
sido víctima de acoso escolar en algún momento de sus vidas.
El estudio ha mostrado también, como no es muy de extrañar, que el
bullying era más frecuente en los niños que estaban integrados en una
clase normal que en aquellos que pasaban más horas en clases para
alumnos con necesidades educativas especiales. Por tanto, frente a la
idea que tenemos de que incorporarse a una clase general es lo mejor
para un niño con autismo, hay que tener presente que las posibilidades
de que sea víctima de acoso escolar por alguno de sus compañeros son
mucho más altas. Un problema añadido es que es posible que los niños con
autismo que tienen dificultades de comunicación tengan dificultades
para expresar y transmitir lo que les sucede en clase por lo que es
incluso posible que ese alto porcentaje sea en la realidad aún mayor.
Cuando se estudió los niños con autismo comparando los que eran víctimas
de acoso escolar frente a los que no lo eran se vio que en los primeros
era más frecuente el tener trastorno de atención e hiperactividad
además del autismo. El estudio concluye que los niños con ambos
trastornos son las víctimas más probables de una situación de acoso en
la escuela.
La ventaja del estudio es que toma una muestra amplia y por lo tanto más
fácilmente generalizable que estudios anteriores mucho más puntuales.
La conclusión inmediata es que tenemos que tomar medidas para prevenir
el acoso y para apoyar a los niños que pueden ser víctimas de él. Junto a
campañas generales de concienciación parece que la medida más eficaz es
el trabajo de los educadores con todos los niños para que sean
conscientes de las necesidades y particularidades de los niños con
condiciones especiales, para que les puedan entender mejor y ayudar más.
Es también importante que los padres hablen con sus hijos sobre cómo
les han ido las cosas en clase. También es importante que los padres
intensifiquen la relación con los profesores, tutores, psicólogo, sobre
todo si el niño tiene dificultades de comunicación.
De los estudios más recientes sobre acoso escolar se han podido sacar las siguientes conclusiones:
- Los niños con necesidades educativas especiales tienen una probabilidad mucho más alta de ser víctimas de acoso escolar.
- El acoso escolar afecta a la integración en la escuela, al deseo de participar en las actividades escolares y a los resultados del aprendizaje.
- La concienciación, prevención y respuesta activa de los adultos son aspectos importantes.
- La implicación de los demás compañeros es fundamental. Más de la mitad de los episodios de bullying se detienen cuando interviene otro compañero.
- Como en tantas cosas, los americanos suelen asumir responsabilidad e iniciativa personal en un tema que les importa. En el caso del acoso escolar piden cosas como que el director ponga carteles en la escuela explicando cual es su política si existieran casos de acoso o escribir al tutor pidiéndole que haga un ejercicio de reflexión conjunta de la clase sobre discapacidad y acoso.
- Que la víctima sienta que no está solo, que los que le quieren están de su lado, que la ley y la verdad están de su lado, que la gente más buena de la clase está de su lado.
Hay distintos tipos de acoso:
- Físico: empujar o golpear a alguien, dañar sus ropas, sus cosas, robarle o forzarle a entregar alguna pertenencia.
- Verbal: Insultar, esparcir rumores, amenazas, motes. También se incluye el envío de mails o sms cargados de odio o con amenazas.
- Emocionar: Ignorar o evitar deliberadamente a alguien. Hacer comentarios con desprecio sobre él, su familia o su vida. Criticar todo lo que hace. Hacer gestos de desprecio o comentarios desagradables.
- Social: Acosar a alguien porque tiene la piel diferente o su religión o su país de origen o porque tiene gafas o tiene necesidades especiales o tan solo porque su aspecto es distinto.
Consejos para el niño que está siendo acosado
- No es tu culpa. Nunca. Siempre es culpa del acosador o acosadora.
- Intenta estar tranquilo e ignorar el abuso.
- Mantente firme y claro. Dile que pare.
- Intenta apartarte de la situación tan pronto como puedas y dile a un adulto lo que ha pasado inmediatamente.
- Si recibes mensajes de acoso díselo a tus padres o a tu tutor.
- Cuéntaselo a tus padres o a un profesor. Si te da vergüenza, dile a un amigo que te acompañe.
Esta y otras más informaciones de gran interés podéis leerlas en mi blog personalUniDiversidad. Observaciones y pensamientos.