Abusos sexuales a niños con Autismo y cómo detectarlos
Los
abusos sexuales son una práctica que atenta contra la dignidad del
niño, su integridad física y psicológica a todos los niveles,
pero desgraciadamente este atentado suele ser difícil de detectar. En
los últimos tiempos los medios de comunicación han llenado grandes
espacios dando cobertura a los ya famosos casos de pederastia por parte
de miembros de la iglesia. Otros casos de abusos sexuales a niños y
niñas salen de forma periódica en los medios. Detectar los abusos
sexuales es algo complejo, de hecho, la mayoría de estos actos
delictivos salen a la luz muchos años después de haber sucedido,
generalmente cuando las víctimas llegan a la edad adulta.
Pero si detectar los abusos sexuales en niños es difícil, si estos
tienen Autismo se vuelve más complicado. Hay que partir de la premisa de
que el pederasta suele ver al niño como un “objeto”, el cual usará para
su satisfacción sexual. Las conductas de los niños con autismo pueden
aumentar esta percepción de niño “objeto” y hacerlos más atractivos al
abuso. A su vez, sus problemas de comunicación otorgan cierto halo de
impunidad, quien no habla, no cuenta. Pero a su vez, sus propias
conductas podrán ocultar los signos del abuso, e incluso del maltrato
(el aspecto del maltrato físico lo abordaremos de forma específica en un
artículo específico). Detectar abusos sexuales en niños con autismo es
una tarea muy difícil, a su vez, la propia complejidad del trastorno
también nos complica las cosas, ya que las manifestaciones conductuales
del abuso nos serán muy difíciles de detectar.
Para complicar más aun las cosas nos enfrentamos a diversos tipos de
signos a detectar en función del perfil del niño: Casos de niños o niñas
sin lenguaje y una baja calidad comunicativa; Niños o niñas con
capacidad de comunicación pero con un lenguaje poco funcional o con baja
calidad pragmática; Niños o niñas con Asperger o Autismo de Alto
Funcionamiento con problemas de sociabilidad. En cada caso, las posibles
señales variaran de forma sustancial, complicando aun más el poder
definir pautas de detección.
A su vez tendremos diversos perfiles de abusadores:
Alrededor del 90% son varones; Entre el 20 y el 30% de los abusos
sexuales son cometidos por otros menores; Personal contratado para
atender las necesidades personales; Chóferes de autobús escolar;
Terapeutas; Asistentes deportivos; Familiares (Un gran porcentaje de
abusos a niños es llevado a cabo por familiares cercanos). Las familias de los niños con autismo por sus necesidades, suelen contratar a terceros para servir de apoyo, pidan referencias lo más extensas posibles y compruébenlas TODAS.
A su vez, el abusador estudiará con detenimiento y realizará diversas
intentonas previas para evaluar la facilidad o dificultad de llevar a
cabo el abuso con el niño. Un niño consciente de qué es correcto y qué
no, presentará una conducta de rechazo ante el intento y por norma
general será descartado como “objetivo” por el pederasta. Los niños y
niñas con una discapacidad intelectual son especialmente atractivos para
los pederastas, es por eso fundamental que estos niños y niñas sean
educados en una correcta sexualidad.
Nos encontraremos con dos tipos principales de abuso: El esporádico y el continuado. Y cada uno de estos tipos de abuso tiene un marco diferente, aunque las mismas terribles consecuencias.
Abuso Sexual Esporádico:
El pederasta detecta a una víctima vulnerable, en este caso un niño o
niña no verbal, con conductas estereotipadas, problemas comunicativos
serios,…, por tanto el agresor se siente tranquilo, ya que va a ser
difícil que el niño o niña diga nada. O peor, que nadie detecte nada, ya
que detectar los problemas puede ser algo tan sutil que pase
desapercibido. En este caso la agresión se basa en el principio de
oportunidad. Es decir, el agresor está a solas con su “víctima” en un
lugar “seguro” y “tranquilo”. Con lo cual será una agresión en el más
amplio y literal sentido de la palabra. Si la agresión se limita a
tocamientos, manoseos, intención de sexo oral, masturbación,…
Descubrirlo va a ser complejo, y deberemos detectarlo en un período lo
más corto posible. Ya que el que sea un abuso esporádico no significa
que no se pueda repetir. Atentos pues a las señales de rechazo del niño
hacia esa persona. Confiemos en el niño, si no quiere estar con alguien,
por algo será.
En casos de penetración, sea esta vaginal o anal el shock, como es
evidente va a ser mucho más brutal, atentos a las señales físicas,
Enrojecimientos, sangrados, marcas,.., en sus partes íntimas son un
claro indicador. Tengan por seguro que el niño ese día va a darnos
muestras más que evidentes de que algo le ha sucedido. Sepan interpretar
las señales.
Abuso Sexual Continuado:
En este caso el pederasta se tomará su tiempo, irá poco a poco pero con
una clara intención. Suelen darse en el ambiente familiar, o en el
entorno cercano al niño, colegios, centros de terapia,… El primer paso
será ganar la confianza del niño o niña, los primeros tocamientos y
manoseos se darán en el vestuario, el baño, la habitación. Pueden usar
la excusa de vestir y desvestir al niño, de bañarlo, de llevarlo al
baño, acostarlo,… (Por eso es tan importante que el niño adquiera las
habilidades de autonomía personal, si sabe desenvolverse de forma
autónoma el hecho de que alguien quiera ayudarlo ha hacer algo que sabe
hacer solo debe levantar nuestras sospechas)
También (y aunque les parezca increíble) entre las personas que trabajan
prestando asistencia, voluntariado,…, suelen introducirse los
pederastas. Diferentes estudios consultados sobre abusos y discapacidad
nos advierten que en el 50% de los abusos había envueltos pederastas que
trabajaban como voluntarios o terapeutas, profesores,…. En muchos casos
son descubiertos por sus propios compañeros, denunciados y puestos a
disposición policial. Pero el daño ya está hecho. Nuevamente estén muy
atentos a las señales.
Según un estudio llevado a cabo por laUniversidad de Pensilvania en el año 2004 sobre 156 niños con autismo, llegaron a las siguientes conclusiones: El 18,5% de los niños con autismo habían sufrido abusos físicos y el 16,6% habían sufrido abusos sexuales; Según el citado estudio, se estima que el riesgo de sufrir un abuso sexual en la infancia se multiplica por tres en el caso de las personas con autismo. Un estudio realizado en Nebraska sobre más de 50.000 personas con discapacidad intelectual, detectó que un
niño con algún tipo de discapacidad intelectual tenía cuatro veces más
probabilidades de ser víctima de abusos sexuales que un niño sin
discapacidad (Sullivan
y Knutson, 2000). En una encuesta realizada en el 2006 -por la Autism
Society- sobre 1.500 personas con autismo y sus familias (o cuidadores) el
35% dijeron habían sido víctimas de un acto delictivo, el 38%
reportaron haber experimentado abuso físico, el 32% reportó maltrato
emocional, y el 13% denunciaron haber sufrido abuso sexual.
Aunque todos estos datos son extremadamente preocupantes, son estimados,
ya que a día de hoy no se sabe con exactitud el alcance real, y a
medida que se investiga más las cifras sencillamente aumentan. Detectar
los abusos sexuales en personas con autismo ha sido algo poco estudiado
hasta la fecha, y apenas hay estudios de calidad sobre este tema. En
casi todos los casos documentados, ha sido la familia quien ha percibido
cambios sutiles en la conducta, o marcas físicas que han levantado la
sospecha. Aún y así, llevar estos casos a un tribunal ha sido en muchos
casos ¡increíblemente difícil! para muchas familias.
Una
de las grandes problemáticas existentes en los casos de abuso sexual en
niños con autismo son las señales. Detectarlas es muy difícil en casos
de niños que no son verbales, o que tienen bajas capacidades de
comunicación. A su vez, niños que tienen hiperactividad asociada y dadas
sus conductas harán que detectar estos signos sea muy difícil. Caso
aparte son los niños y niñas con Asperger o AAF, ya que a pesar de tener
capacidades verbales, sus problemas sociales pueden enmascarar esta
problemática, e incluso, hacen que los pederastas usen esta problemática
en las relaciones sociales, o los problemas para el establecimiento de
amistadas como una vía para conseguir el “consentimiento” del niño o
niña para tener unas relaciones sexuales impropias. A su vez, el
pederasta estudiará la relación paterno-filial, para evaluar la calidad
atencional de los padres hacia sus hijos. Es decir, unos padres que
conocen a sus hijos a la perfección, detectarán hasta el más mínimo
signo de cambio y se pondrán en alerta. Padres algo más pasivos
achacarán estos cambios al trastorno del niño.
Algunos
de los signos relacionados a los casos de abuso sexual están
relacionados con una alteración en la conducta, falta de concentración,
problemas de aprendizaje, pasividad o docilidad,…, conductas todas ellas
bastante habituales en los niños y niñas con TEA y que hace mucho más
difícil detectarlas. No obstante disponemos de una larga serie de
indicadores que nos pueden alertar sobre posibles abusos a nuestros
hijos con Autismo:
- Cambios repentinos de conducta: explosiones de furia; depresión; aumento de la ansiedad
- Aumento o aparición de autoagresiones
- Aumento de las conductas desafiantes y/o berrinches continuados
- Aumento o reaparición de estereotipias
- Aparición de una docilidad extraña. Por ejemplo, si a la hora de bañarse el niño presentaba ciertas reticencias y de golpe actúa de forma sumisa, como si hubiese sido entrenado para ello.
- Mayor nivel de aislamiento
- Problemas al caminar o al sentarse
- Extrañas actitudes ligadas a la masturbación, o un tocamiento inusual de sus genitales, o un aumento de conductas sexuales
- Problemas repentinos en el control de esfínteres, estreñimiento, miedo repentino a ir al baño
- Conductas regresivas (Como volver a hacerse pipí en la cama, actuar como bebés, chuparse el dedo,…)
- Problemas de sueño, pesadillas frecuentes y terrores nocturnos
- Miedo a quedarse solos o a quedarse solos con algunas personas
- No querer ir al colegio, o a la piscina, o a alguna de las actividades habituales
- Ropa interior con una presencia anormal de manchas de heces, sangre u orina
- Infecciones de orina (Sobre todo en niñas)
- Secreciones anormales en ano o vagina
- Dolor, enrojecimiento o sangre en el ano o los órganos genitales
- Ataques de pánico y huidas repentinas asociadas (No confundir con la tendencia de los niños a escaparse)
En el caso de Asperger y AAF además de los anteriores podremos añadir:
- Un interés desmesurado por determinada persona o actividad. Ya sea de forma positiva o negativa
- Un interés repentino sobre aspecto sexuales que no son apropiadas para su edad
- Dibujos con una clara evidencia sexual o sobre actos sexuales no apropiados a su edad
- Secretismo
- Un menor rendimiento escolar
- Tendencias suicidas o un interés excesivo por temas relacionados con la muerte
Muchas de estas conductas también pueden aparecer en casos de abusos físicos y/o acoso escolar
También
hay que remarcar que hay ciertas diferencias entre niñas y niños. Por
ejemplo, las niñas presentan alteraciones graves de conducta repentina
mucho más evidentes que los niños. A su vez, la incontinencia fecal y
urinaria es muy significativa. Tienen autismo, pero no son idiotas,
saben que al oler mal (llegan incluso a embadurnarse de caca) son poco
atractivas. Hay diversos informes que hacen coincidir este cambio
repentino en las conductas de las niñas coincidiendo con la llegada de
una nueva pareja de la madre, o un tío que viene a vivir a casa o
similar. Llegando las niñas a embadurnar su habitación con heces. Tal y
como señala William Stillman,
estas chicas son muy brillantes y creativas a la hora de decidir como
alejar ese peligro y dar muestras más que evidentes de que algo está
pasando.
En
el caso de los chicos incluso pueden presentar conductas relacionadas
con la sexualidad de forma súbita, frotamientos contra terceras
personas, incluso sus propios padres, un aumento de los manoseos,
masturbaciones, etc.
Algunas consideraciones importantes a tener en cuenta sobre las diferencias entre niños con y sin TEA ante los abusos
Los
niños suelen callar los abusos por miedo a que sus padres los rechacen,
dejen de quererlos, o incluso por las amenazas de que si dicen algo el
pederasta le hará daño a su familia. En fin, la lista de técnicas usadas
por los pederastas es tan larga como malvada. Sin embargo en niños con
autismo este modelo no suele ser tan eficaz. El niño o niña con autismo
no va a entender esos mensajes, ya que son bastante complejos y será
difícil que los entienda adecuadamente. Pero como el niño tiene
problemas de comunicación tampoco va a venir corriendo a contarnos nada.
Por eso es tan importante saber detectar los cambios en su conducta (y
no solo por abusos sexuales, también por abusos físicos). Incluso, el
niño puede no ser realmente consciente de lo que le está pasando, pero
evidentemente, en la práctica totalidad de los casos, lo que le pasa no
le gusta como es lógico. Pero su forma de comunicar estos hechos puede
pasar inadvertida. El procesamiento emocional de nuestros niños puede
tener ciertas alteraciones, las cuales les van a complicar mucho más no
solo la comprensión de lo que les pasa, además la forma de expresarlo.
Otro
de los problemas es la facilidad para caer en el engaño. Sabemos que el
autismo en muchos casos genera problemas a la hora de la interpretación
del lenguaje corporal, o incluso de las emociones faciales, detectar
una sonrisa forzada o falsa es fácil, pero no para un niño con esta
problemática. Además, en casos de niños verbales, la capacidad de los
mismos para saber explicar una serie de hechos puede resultar muy
complicado. El establecimiento de un discurso ordenado en el espacio y
el tiempo puede ser una tarea sencillamente imposible. La parte
pragmática del lenguaje no tiene un desarrollo adecuado, por tanto, dar
una explicación coherente va a ser tarea casi imposible. A su vez, si
tenemos déficit de atención, el discurso será errático, diluido y
mezclado con otras situaciones. En el caso de hiperactividad asociada,
podremos advertir en el niño arranques y paradas nada habituales, como
si su hiperactividad apareciese y desapareciese de golpe. Y si ya el
discurso presenta muchas carencias, cuando el niño intente explicarnos
lo sucedido, nos veremos en un batiburrillo de ideas desordenadas y
prácticamente incomprensibles.
En
los casos de AAF y Asperger, el pederasta usará también el modelo de
“Amigo” para llegar a ganarse su confianza, de esta forma y habida
cuenta de los problemas para tener amigos y de estos chicos y chicas, se
ganará su atención rápidamente y la usará como forma de chantaje para
perpetuar los abusos. A su vez, es posible que el pederasta potencie los
miedos a aumentar el rechazo social, incluso en su propia familia si el
niño dice algo. Cosas como “Si dices algo tu madre te odiará” pueden
provocar un shock emocional brutal, de forma que no solo debe sufrir los
abusos sexuales, además tiene la tremenda presión de que si su madre se
entera la odiará. Con lo cual, el retraimiento y la tensión emocional
que el provocará una situación de pánico sostenido puede conducir a
estados ansiosos, depresivos a incluso con tendencias suicidas. Es vital
reforzar la relación y prevenir que determinados hechos jamás van a
suceder como que “mamá te querrá a pesar de todo”.
Previniendo el abuso sexualidad
Evidentemente
la primera vía es saber no solo dónde está nuestro hijo en cada
momento, si no con quien. Pero eso no siempre es garantía, a veces de
quien menos te lo esperas te puede venir la sorpresa. Una de las mejores
formas de prevenir que este tipo de abusos se sucedan es educar a
nuestro hijo en esa línea. Enseñarle qué cosas están bien y qué cosas no
al respecto de sus partes íntimas. Que tenga una autonomía personal
suficiente, que sepa comprender que al baño debe ir solo y cerrar la
puerta (El pudor o vergüenza tarda bastante más en aparecer que en niños
sin el trastorno), deben tener claro cual son sus partes íntimas, que
nadie debe tocarlas y que debe decir no o negarse a que nadie le toque.
Es importante que estas conductas incluyan también a personas conocidas
(recuerden que una gran parte de los abusos se dan con personas
conocidas para el niño) A su vez, básico y fundamental, hay que
educarlos en la sexualidad. Si no somos capaces de educarlos en un
aspecto tan básico ellos mismos no sabrán entender muchas de las cosas
que les pasan o pasarán (la adolescencia es una fase compleja y
vulnerable de todos los chicos, y en el caso de los chicos con autismo
también).
Por
ejemplo, un buen momento para hablar o enseñar aspectos sobre
sexualidad a sus hijos es ESTE. No espere a que llegue el momento adecuado,
todos los momentos son adecuados. Los adolescentes con TEA deben saber
todo lo relacionado con sexualidad, masturbación, privacidad, cosas
adecuadas y cosas no adecuadas lo antes posible. Ellos no tienen otra
forma de descubrir este aspecto básico de la vida que a través de sus
padres, si ellos están bien educados en estos aspectos, sabrán que la
acción de un abusador es mala y la rechazarán con todas sus fuerzas, y
en la mayoría de los casos se evitarán males mayores.
No
hemos encontrado estudios empíricos a día de hoy que nos hablen sobre
cómo los abusos sexuales afectan de forma concreta a la conducta de
niños y niñas con autismo. Tampoco hemos encontrado información sobre
como intervenir al niño con autismo que ha sido abusado sexualmente,
realmente hay muy poca información sobre este tema. Hace falta trabajar
más en este tema para poder disponer de buenos protocolos de detección y
atención al niño. Vamos a seguir trabajando en esta línea para dar más
información de utilidad.