En el artículo que compartimos a continuación, publicado por "Revista Información Psicológica", abordan el problema de las conductas disruptivas y sugieren tres niveles de actuación:
A) Definir con claridad lo que se entiende por conductas disruptivas.
B) Recomendar a los centros escolares
que elaboren protocolos de actuación ante ellas y ofrecerles sugerencias de realización y aplicación.
C)
Facilitar estrategias, técnicas y soluciones prácticas para manejarlas en el aula.
Es indudable que el liderazgo en el aula ha
de tenerlo el profesor, éste marca el ritmo,
los contenidos, organiza el espacio y el
tiempo, y supervisa el buen funcionamiento
de la actividad.
Hay varios estilos que puede tener el profesor y estos tienen
repercusiones en el aprendizaje del alumnado,
y están directamente vinculados con los
estilos personales de afrontar la interacción
del aula.
La mayor implicación del alumnado en los
procesos de aula, la motivación por la tarea,
las buenas relaciones interpersonales y
el ajuste curricular a las características de
los alumnos, entre otras, son todos ellos elementos disuasorios
para los incidentes de disrupción.
Debido a la complejidad que observamos
al analizar los incidentes disruptivos y los
procesos de aula, es aconsejable que los
centros escolares elaboren unas guías internas
de actuación que ayuden tanto en la
prevención como la intervención de este fenómeno
con la intención de favorecer una
reflexión sobre visiones y posicionamientos
educativos contrapuestos o no coincidentes,
búsqueda de normas, buenas prácticas
y respuestas coherentes y consistentes
por el conjunto del profesorado y la mejora
de los procesos de enseñanza y aprendizaje
que se dan en las clases.
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