Como siempre recalcamos que la presencia de uno o varias síntomas, no asegura la presencia de un trastorno del espectro autista, pero si que es conveniente trasladar la duda a un profesional.Vamos a enumerar algunos de los síntomas que los padres y madres deben de prestar atención antes de los 2 años de vida de su hijo o hija:
- Que a los tres meses de edad, el bebé no siga con la mirada a la persona que está con él.
- Que a esta misma edad, no parezca gustarle que le levanten en brazos o le abracen.
- Que a los 4 meses no sonría nunca a las personas que están con él, ni haga sonidos con la boca como para llamarles.
- Que a esta edad no le guste jugar con otra persona, y no llore nunca ni se enfade cuando acabe el juego, o que no haya empezado a imitar algunos gestos.
- Que a los 6 meses no hay empezado a manipular juguetes.
- Que a esta edad no muestre expresiones de alegría.
- Que a los 9 meses no haya empezado a compartir gestos, sonidos o sonrisas con otras personas.
- Que a esta edad no participe en el juego de jugar a esconderse y simular que no está presente.
- Que al año de edad no se gire al llamarlo por su nombre.
- Que a esta edad no combine una consonante con una vocal, ejemplo: pa- pa, ma- ma.
- Que al año y medio no siga un juego de imitar los gestos de otra persona o de despedirse con la mano.
- Que a esta edad no mantenga el contacto visual.
- Que a esta edad no haya empezado a participar en juegos de simulación.
- Que a los dos años todavía no forme frases de dos palabras.
- Que a esta edad no muestre interés por otros niños y niñas.
A partir de los dos años hay que prestar atención a los siguientes signos de alarma:
- Que no señale con la mano para indicarnos algún objetos sobre el que quiere llamar nuestra atención, o que no muestre interés por compartir cosas que haya visto o que le gusten.
- Que tenga constantemente movimientos repetitivos o que sus juegos sean siempre iguales.
- Que se enfade mucho ante un cambio imprevisto, o cuando se le altera una rutina.
- Que a menudo no preste atención ni interés por el mundo exterior, o parezca sordo.
- Que no utilice juguetes para el juego simbólico (imaginar,simular situaciones...) sino sólo para colocarlos en un orden determinado.
- Que muestre una especial sensibilidad a determinados ruidos, sabores, olores o texturas.
- Que no mire hacia donde se señala.
- Que no sonría nunca cuando mire a la cara de alguien.
- Que hable de una manera peculiar, sin entonación, o sobre temas que no parecen propios de su edad.
- Que no acostumbre a jugar ni relacionarse con los otros niños y niñas.