Aquí es mi casa


Silvia I. Quirós Alvear – Desde mi punto de vista, y aunque me costó entender qué quería decir este cuento, finalmente, creo que he conseguido darle un significado relativamente coherente. Jèrôme Ruillier, también autor de “Por cuatro esquinitas de nada”, es un escritor que pretende expresar sus ideas acerca de la diversidad y la multiculturalidad, resaltando que éstas no deben entenderse como un prejuicio que puede llegar a desembocar en xenofobia. Teniendo otros títulos publicados, todos ellos en forma de cuento (como por ejemplo “Papá, mamá, Anita y yo”, que tiene que ver con las relaciones entre padres e hijos, y “Hombre de color”, que resalta que el color de nuestra piel no marca diferentes en otros niveles) mientras que solo algunos que también se han desarrollado en forma audiovisual.
Como iba diciendo, y aunque en un principio no le vi ninguna relación con la discapacidad, ha sido un proceso de reflexión el que me ha llevado a incluirlo en esta sección de cortometrajes. Lo incluí como parte de un vídeo que nos hablaba del autismo propiamente dicho. Quizá, expresa la parte más triste de esta alteración del desarrollo de la que venimos hablando, ya que se trata de la forma en que estos niños, por la falta de comprensión que tienen hacia el mundo y las personas, se aislan de forma notable viviendo en otra realidad que nos parece paralelo a la nuestra. Una realidad, a veces, inalcanzable y difícil de comprender.
Demasiadas cosas pueden entrar a su mundo siendo que ellos pueden, o bien ignorarlas o bien tenerlas en cuenta, como parte de un juego, un conocimiento, una verdad, etc. Muchas otras, se quedan fuera… Pero, hay ocasiones en las que son ellos mismos los que toman la decisión de querer compartir con alguien que está al otro lado de la línea un juego, un conocimiento, una verdad, etc. Entonces, tienen que hacer un enorme esfuerzo pero, al final, consiguen cruzar a lo que nosotros denominamos nuestra realidad y así, como quién abre una puerta, de forma asombrosa pero contento, nos dejan un espacio en dónde se produce un intercambio de información: la comunicación.
Merecen la pena tanta paciencia y tantos energía destinada a ello, y es que habitualmente siempre encontraremos magníficos resultados. Es cierto, y casi siempre con buenas consecuencias, buscar aquellas cosas que llamen más la atención al niño, a la par que se puedan considerar como habilidades en su repertorio, para que al producirle una alta motivación, le sea más sencillo borrar la línea que le separa de nosotros continuamente.
Todo ello queda resumido en una frase que nos deja el autor al final del vídeo: “El niño ha dibujado una línea con tiza. ¡Detrás de esta línea está su casa! Un lugar dónde nadie puede entrar. Pero el conejo, el caracol, la hoja del árbol y las nubes se ríen de las fronteras…


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