Mamá va al cole es un cuento que muestra, en clave de humor y en primera persona, narrado por una niña, cómo viven ellos el primer día de cole.
Ese momento en el que deben romper temporalmente con la figura de apego quedándose en un entorno que no es su casa, un lugar nuevo, con nuevos compañeros, nuevos adultos, nuevos horarios, nuevas rutinas y nuevas normas. Un lugar en el que no se sienten seguros ni protegidos puesto que no lo conocen. Ese gran desconocido hasta el momento por ellos: el cole.
Y todos sabemos que lo nuevo, a veces puede dar un poco de miedo. Por eso, tratándose de niños, es vital abordar este momento de forma clara y divertida, y qué mejor manera que hacerlo a través de un cuento.
No es una fórmula mágica. Esas no existen. Es solo una sugerencia para intentar sobrellevar ese momento de una forma diferente.
Yo siempre recomiendo "trabajar" este tipo de cambios de forma anticipada, explicándoles qué va a pasar, qué se van a encontrar, qué pueden hacer y qué pueden esperar; y por supuesto, que al finalizar la jornada, volverán a casa con papá y mamá (o con quien tutorice al niño en cuestión, obvio).
Si es de forma lúdica, en clave de humor y restándole importancia en el sentido de no dramatizar nosotros más aún el momento, mejor.
Así pues, "Mamá va al cole" es una buena opción para empezar.
La protagonista comienza a narrar su experiencia mientras camina por los pasillos del cole con su madre y explica cómo se quedó impactada al entrar en clase y ver a todos los demás niños llorando pues sus padres habían DESAPARECIDO.
Así, la mamá de nuestra protagonista se queda un rato en el cole y conforme va pasando el tiempo, la niña se va sintiendo más segura y tranquila al ver cómo su mamá no controla muchas de las situaciones que se dan y sin embargo, ella sí.
De este modo, al final incluso va sintiendo que lo mejor sería que su mamá se marchase ya y así se lo hace saber.
La protagonista continúa con su día y sus actividades y juegos con el resto de sus compañeros, que parece que también se han tranquilizado, y cuando se quieren dar cuenta, es la hora de irse a casa y las mamás y los papás ya han vuelto para recogerles.
Al día siguiente, no hace falta decir que ya no fue necesario que su mamá entrase en clase.
Llegados a este punto, me gustaría recordar que se trata de un cuento, y que como tal, puede alejarse en algunos aspectos de la realidad del periodo de adaptación de los niños. Ojalá fuese tan rápido y sencillo. Aunque sí es verdad que no hay dos niños iguales y que cada uno lo vive a su manera necesitando más o menos tiempo.
Sin embargo, y pese a todo, no deja de ser una buena opción a tener en cuenta a la hora de enfrentarse a ese gran momento. Escrito por Éric Veillé e ilustrado por Pauline Martin, es un cuento que recomiendo para que forme parte del rincón de lectura de vuestros peques.
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