Tratamiento del Autismo: cuidado con los farsantes

Desgraciadamente, como en todo, existe gente sin escrúpulos que se aprovecha del dolor y la desesperación de los padres, ofreciendo tratamientos novedosos y hasta curas milagrosas, las cuales terminan siendo solo una estafa.



He conocido padres que han pasado por estas experiencias y el desgaste físico, además del económico (ninguno lo hace gratis) y principalmente del emocional, han sido peores que el daño mismo del síndrome.


Existen otras personas que tienen los conocimientos para manejar el autismo pero su ética profesional y la forma en que extorsionan económicamente a los padres los pone en el mismo nivel que los anteriores. Para evitar caer en manos de uno de estos farsantes y evitar perder el valioso tiempo del niño, basta seguir esta simple lista de consejos:

1. Exija ver el título de la persona donde demuestre que tiene los estudios que lo acredita profesionalmente. Cuídese de gente sin título que muestra certificados de diplomados o cursos. Verifique que la universidad u organización que emite el título sea una institución seria y reconocida.

2. Aunque vaya en contra de sus creencias, ningún espiritista, religioso, mentalista o brujo podrá  hacer algo por su hijo. El niño tiene autismo, no está poseído, ni le han hecho ningún conjuro, ni tiene energías negativas que lo hacen comportarse así.

3. Verifique que el tratamiento sea avalado por el Colegio de Psiquiatría, Psicología, Neurología y/o Pediatría. No confíe en los "investigadores" y/o "científicos" anónimos. Aunque le presenten muchos testimonios, pida ver investigaciones científicas que acrediten dicho tratamiento. Consulte las revistas científicas.

4. No existe medicamento ni elixir mágico que curará a su hijo, algunos medicamentos pueden mejorar su condición. Además el hecho que dio resultado con otro niño, no garantiza que así será con el suyo.

5. Jamás administre ningún medicamento sin la prescripción de un médico titulado. Si cree que dicho medicamento puede tener reacciones secundarias o pudiese causar algún daño, busque una segunda opinión con otro doctor. No drogue a su hijo innecesariamente o por comodidad propia.

6. Documéntese totalmente sobre el tratamiento que le ofrecen y pida los nombres y teléfonos de  cuando menos tres padres de diferentes niños con autismo que sean pacientes y hable para pedir referencias. Pregunte sobre los avances y en cuanto tiempo lo lograron. Investigue en las bibliotecas o por internet.

7. Usted tiene todo el derecho de saber lo que le están haciendo a su hijo. Si evitan que vea la terapia o bien, no lo involucran o no le informan constantemente sobre los avances de la terapia del niño, usted corre el riesgo de que la persona lo estafe ya sea alargando el tiempo de la consulta o bien haciendo algo indebido con el niño.

8. La terapia conductual (ABA) se da uno a uno y nunca por un terapeuta con varios niños a la vez. Además, los castigos corporales ya no se aplican. Se llegan a considerar solo en casos muy extremos y de conductas de muy baja ocurrencia, cuando todas las demás opciones han sido agotadas y donde está en verdadero peligro la integridad física del niño (extrema agresión y/o auto agresión) y en todos los casos, debe ser autorizado previamente en escrito por los padres, en caso contrario, denuncie a la persona.

9. Cuídese de esos tratamientos milagrosos que todo lo curan. Cuando alguien le diga que mejora el autismo, Síndrome de Down, parálisis cerebral, trastorno bipolar, lento aprendizaje, etc. muy posiblemente esté escuchando a un farsante. El autismo es muy específico y por lo mismo, su tratamiento también lo es.

10. Sea precavido con los nuevos descubrimientos, especialmente si no se han realizado las debidas pruebas que garanticen la seguridad de su hijo. No lo convierta en un conejillo de indias. No acepte palabras como: "a tu hijo debes intentar todo", son sólo argumentos para lograr venderle el producto.

11. La oración a Dios es buena y enriquece su alma y espíritu, pero necesita también que su hijo reciba tratamiento de un profesional. Los religiosos son teólogos, estudian a Dios. Los psicólogos son las que estudian la mente y comprenden el autismo.

12. Verifique que el profesional tenga amplia experiencia en el campo. No por el hecho de estar titulado significa que sabe cómo intervenir a su hijo. Un amplio porcentaje de psicólogos desconocen las técnicas descritas en este libro.

13. La preparación académica es imprescindible pero la experiencia también lo es. Evite a personas "que leen mucho" y que su conocimiento es totalmente teórico. Para que un terapeuta esté preparado, lleva meses de entrenamiento supervisado.

14. Las personas con ética profesional muestran resultados y no tratan de convencerlas a través  de puras frases sentimentales. Si quien le vende sólo le presenta "testimonios" sin ningún estudio que lo avale, es porque ningún beneficio concreto dará a su hijo.

15. Cada niño es diferente y es imposible determinar en cuánto tiempo extinguirá ciertas conductas o adquirirá habilidades. Evite a aquellos que garantizan resultados a una fecha determinada, pues es muy posible que lo logrará a través de aversivos fuertes y castigos corporales.


Fuente: “Autismo: manual avanzado para padres”, Javier Garza Fernández.

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