A partir del año hay que empezar a poner límites y más adelante en cada edad, ir adaptándonos a las necesidades educativas del niño sin dejar pasar, sobretodo, faltas de respeto, que es la base de la educación.
La clave de los límites es el lenguaje no verbal que emplees: gestos, señales no verbales, tono, gravedad, firmeza, actitud que tienes por centro.
Que tú estés convencido de que eso no se lo vas a dejar hacer a tu hijo, es la base para que puedas transmitir a tu niño y tu niño pueda reaccionar positivamente. Hay que estar seguro.
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