CÓMO HABLAR PARA QUE SUS HIJOS LE ESCUCHEN Y CÓMO ESCUCHAR PARA QUE SUS HIJOS LE HABLEN.
Las autoras, Adele Faber y Elaine Mazlish, han escrito este libro con mucho sentido común, y es por esta razón que se hace muy fácil aceptar sus propuestas: en el fondo lo sabíamos!
Ellas nos dan ejemplos de conflictos frecuentes, ayudándonos a entender el punto de vista de los niños y permitiéndonos a la vez mantenernos dentro de nuestros parámetros de conducta. Todo esto sin dejar de respetarlos y de mostrar afecto por ellos.
El libro es muy sencillo de leer, incluso para quienes huyen de los libros sobre crianza. Basta con dar un ahojeada a las tiras cómicas presentes a lo largo de todo el libro para captar el mensaje y empezar a hablar para que nuestros niños nos escuchen. Fuente Familialibre
Resumen del libro de las autoras Adele Faber y Elaine Mazlish editorial Diana.
1) AYUDA CON LOS SENTIMIENTOS
■ Escuchar con gran atención
■ Reconocer los sentimientos con la palabra: “vaya!”, “ajá”, “ya veo” en vez de preguntar y aconsejar. Estas expresiones son invitaciones al niño para que explore sus propias ideas y sensaciones y halle una solución.
■ Dar nombre a los sentimientos: cuando el niño escucha las palabras que definen lo que está experimentando, recibe un hondo consuelo. “Parece muy frustrante…” “Que indignado estás!”
■ Conceder al niño sus deseos en la fantasía: “me encantaría tener una varita mágica o tener poderes mágicos para…”
Ejemplo “Entiendo que te hayas enfadado con tu hermano. Ahora dile lo que quieres con la lengua, no con los puños”
Ejemplo cuando llora, en lugar de preguntar el porqué: “Ya veo que hay algo que te apena”.
Ejemplo cuando nos insultan cuando se enfadan: “No me gusta lo que acabo de escuchar. Si estás enfadado por algo, dímelo con otras palabras. Tal vez podamos resolverlo juntos”
2) TÁCTICAS PARA QUE LOS HIJOS COLABOREN
■ Describir. Describa lo que ve o describa el problema: en lugar de enfadarnos y sacar a relucir defectos, describir lo que vemos “la luz del cuarto de baño está encendida!” en lugar de “qué cabeza de chorlito, ya te has vuelto a dejar la luz”. O “el sitio de los juguetes es la caja de juguetes!!.
Nota: mejor anular el tú acusador, en vez de “has derramado la leche por el …”, es mejor “se ha derramado la leche, necesitamos una esponja”.
■ Dar información. La información es más fácil de aceptar que una acusación. En vez de “si te vuelvo a ver pintando en la pared te vas a enterar” decir “las paredes no son para dibujar, si quieres pintar algo hazlo en un papel”.
■ Expresarse sucintamente. En lugar de soltar una parrafada con sermones y discursos, expresar lo que se quiere de la forma más breve posible: “niños, los pijamas!”, “no saltes en el sofá!”, “esa puerta!”.
■ Comentar los propios sentimientos: al describirles cómo nos sentimos, somos honestos sin necesidad de herirles. En lugar de “eres un grosero, siempre me interrumpes” decir “me frustra/ no me gusta/ me fastidia empezar a decir algo y no poder terminarlo” o “ahora no es un buen momento para hacer esto, estoy tensa e irritable y no tiene nada que ver contigo. Después de cenar podré dedicarle la atención que merece”.
■ Escribir una nota: a veces es más contundente que la palabra dicha. Ejemplo nota puesta en la TV “antes de apretar el botón piensa: he hecho los deberos ya? he terminado de ensayar? O “esta noche lectura de cuentos: se invita a todos los niños que lleven puesto el pijama y los dientes limpios. Os quiere mamá y papa”.
NOTA: El humor es lo que mejor funciona con los niños para invitarles a la acción y alegrar el ambiente doméstico. Se puede adoptar por ejemplo otra voz o acento, como la de un robot, etc.
3) ALTERNATIVAS AL CASTIGO
■ Señalar la manera de ser útil. En vez de “cuando llegues a casa te vas a enterar (estando en el super)” decir “me sería de gran ayuda que cogieses 3 limones”.
■ Expresar una censura rotunda (sin atacar el carácter). En vez de “te comportas como un salvaje” decir “¡no me gusta nada esta situación! Es muy molesto que corretees por ahí sin control”.
■ Manifestar nuestras expectativas: expresar nuestros sentimientos con rotundidad y manifestar qué esperamos para la próxima vez: “Cuando presto mis herramientas, espero que me las devuelvan”
■ Enseñar al niño cómo rectificar: “lo que necesita ahora esta sierra es una buena limpieza a fondo”.
■ Dar opciones. En vez de “si vuelvo a pillarte corriendo, te daré un bofetón”, decir: “deja de correr, tienes dos opciones: caminar normalmente o sentarte en el carrito”.
■ Tomar medidas. En vez de “te la has ganado” decir “veo que has decidido sentarte en el carrito (cogiendo al niño y sentándolo)”.
■ Permitir al niño que experimente las consecuencias de sus faltas. Consecuencias naturales al acto en sí: “hasta que no sepas responsabilizarte de ellas, perderás el privilegio de usar las herramientas”.
4) UNA RESOLUCIÓN CONJUNTA DE LOS PROBLEMAS - MÉTODOS:
■ Paso 1. Hablar de los sentimientos y las necesidades del niño (ejemplo: “estoy pensando que quizás para ti no sea fácil venirte a casa cuando te lo pasas mejor con tus amigos”)
■ Paso 2. Hablar de nuestros sentimientos y necesidades (siguiendo el ejemplo anterior “pero por otra parte, yo sufro cuando te retrasas”)
■ Paso 3. Exprimirse el cerebro para encontrar una solución mutuamente aceptable (sigue: “unamos nuestras mentes para encontrar una idea que nos satisfaga a los dos”)
■ Paso 4. Escribir todas las ideas sin evaluarlas
■ Paso 5. Decidir qué sugerencias nos gustan, qué sugerencias son desechables y cuáles pensamos seguir en el futuro.
5) CÓMO ESTIMULAR LA AUTONOMÍA
■ Dar opciones al niño para que escoja: “te apetece mas ponerte los pantalones rojos o los azules”. En lugar de imponer, a veces es mejor ofrecer dos alternativas para reducir la negatividad del niño. Ante un “debes tomarte el jarabe” se puede decir: “ya sé cuánto te desagrada esta medicina. Te sería más fácil tomártela con zumo o con agua?”.
■ Mostrar respeto por su lucha personal: “un tarro puede ser difícil de abrir. A veces resulta útil golpear el canto de la chapa con una cuchara”
■ No hacer demasiadas preguntas: “me alegro de verte, bienvenido a casa” Un exceso de preguntas puede ser una invasión de la vida privada.
■ No precipitarse dando respuestas: “Es una pregunta interesante, tú que opinas?”
■ Animar al niño a utilizar fuentes externas: “quizás el dueño de la tienda de animales nos dé una sugerencia (para solventar una duda de animales)”. Los hijos deben saber que para resolver sus problemas no dependen enteramente de nosotros, también pueden recurrir al mundo exterior.
■ No le quite la esperanza: “así que quieres actuar en la función del colegio. Puede ser toda una experiencia positiva”. En vez de preparar a sus hijos para un desengaño, dejarlos explorar y experimentar, fantasear y hacer sus planes.
■ No hablar de él en su presencia, por pequeño que sea: cuando un niño oye constantemente como es o deja de ser, se siente como una pertenencia de los padres.
■ Respetar el afán de “superarse”: A veces un niño desea mucho hacer algo, pero no está emocional o físicamente preparado. Ej. Intenta no chuparse más el dedo, pero cuando está cansado, es tan agradable…. En lugar de forzar o azuzar, expresemos nuestra confianza en su eventual superación: “cuando tu lo decidas, dejarás de chuparte el dedo” o “un día de estos ya usarás el lavabo como mamá”
■ No excederse con el NO, que tantas rabietas y sentimientos negativos provocan.
ALTERNATIVAS AL NO:
A) Dar información (y suprimir el NO): en vez de decir “no puedes ir a casa de Eva” decir “cenaremos dentro de 20 min”
B) Aceptar los sentimientos: ej. A la petición “¿Por qué no nos quedamos un rato mas?” se puede decir “ya veo que te quedarías mucho rato, da pena dejar un sitio donde disfrutamos tanto”
C) Describir el problema: ej. A la petición “mamá, me puedes llevar a la tienda?” en lugar de decir “ahora no puedo”, es mejor “me encantaría llevarte, lo malo es que tengo que ir al dentista en 10 min”
D) Siempre que sea posible, sustituir el No por un Si: a la frase “me dejas ir al parque?” mejor decir “claro que sí, cuando termines de comer” en lugar de “no, no puedes porque estás cenando”.
E) Darse tiempo para pensar: ante una petición del hijo, en lugar de dar una respuesta inmediata, decir “Déjame meditarlo con calma”.
5) ELOGIO Y AUTOESTIMA
El elogio que más estimula es el denominado ELOGIO DESCRIPTIVO:
■ El adulto describe en tono estimativo lo que ve y lo que siente (no solo sirve los vocablos que evalúan como un “bonito, bueno, fantástico”)
■ El niño, después de escuchar la descripción del adulto, puede ensalzarse a sí mismo.
Ejemplo: en vez de evaluar “has ordenado tu habitación, eres una niña estupenda”, hay que describir lo que ve y lo que siente: “veo que has trabajado mucho, has colocado todo bien en la estantería, has guardado cada disco en su funda y no hay una sola pieza en el suelo, da gusto entrar en la habitación”. Normalmente los niños captan mejor el mensaje de elogio así y no solo piensan que lo decimos por decir.
Ejemplo: “has trabajado más de una hora en tus deberes, esto es lo que yo llamo tesón!!” en lugar del socorrido “muy bien, ya has acabado los deberes”.
7) CÓMO HUIR DE LOS ENCASILLAMIENTOS
Etiquetar a los hijos es algo que debe evitarse, pues no solo condicionará su conducta sino también sus sentimientos personales. Tácticas:
■ Buscar oportunidades para mostrarle una nueva imagen de sí mismo: Ej. en lugar de decirle destrozón o manirroto, alabarle tipo “tienes ese juguete desde hace tiempo y parece casi nuevo”
■ Ponerle en situaciones en las que pueda verse de otra manera
■ Intentar que le oiga cuando diga algo favorable sobre él a otra persona
■ Ejemplificar el comportamiento deseado: Dar ejemplo los padres
■ Ser la memoria viva de sus momentos más inspirados: “recuerdo aquel día cuando tenías…”
■ Cuando actúe según la vieja etiqueta, expresar nuestros sentimientos y/o expectativas: “no me gusta tu actitud, por mucho que te fastidie, has de saber perder con dignidad”.
Visto en Kaleidoscopio Lunar