Los niños pequeños no saben compartir y la mayoría necesita poseer muchos objetos, puesto que esto les da seguridad en sí mismos y en su entorno. Pero cuando llegan a la guardería y se encuentran con otros niños en su misma situación, compitiendo por los mismos juguetes, muchos recurren a los arañazos, los mordiscos o tirones de pelo, la forma más primitiva de lograr su objetivo.
¿Por qué actúa así?
Hasta los 3 años a los niños les cuesta compartir. Es la edad de “es mío”. Por eso es muy probable que tu hijo llegue muchos días de la guardería con arañazos y marcas de dientes de otros niños, o, si tu pequeño tiene mucho carácter, que venga sin un solo rasguño pero que sea su profesora la que te llame para advertirte de las heridas que él ha causado.
Estas actuaciones no quieren decir que tu hijo sea malo, ya que él no percibe lo erróneo de sus actos. Simplemente, quiere algo y hace lo que sea para obtenerlo, aunque tenga que pegar a un compañero de clase. Aunque no siempre es éste el motivo:
- Por sobreprotección. Un niño de dieciocho meses a quien en casa le dan todo lo que quiere piensa que siempre va a ser así. ¿Por qué tendría que ser diferente en la escuela? Pero cuando se encuentra con un compañero que no le da lo que quiere, se enfada y le pega un mordisco. Nunca le han negado nada y es muy difícil que, de repente, entienda lo que quiere decir no.
- Por exceso de emoción, cariño o alegría. A veces, los niños se ponen nerviosos cuando están juntos y se “pasan” con sus cariños, llegando a herir al que querían demostrar su amor.
- Por ausencia de lenguaje oral. Aún no saben hablar y comunicarse mediante la palabra, por lo que su manera de mostrar rechazo, frustración o deseo es mediante la agresividad.
- Por problemas en la dentición. Muchos sufren dolores intensos en la boca al salirles los dientes, lo que les lleva a morder todo lo que pillan, incluido el brazo de un compañero.
- Por costumbre. Si cuando es muy pequeño le reímos la gracia cuando nos tira del pelo, e incluso lo potenciamos, al crecer no entenderá que no sólo no es gracioso, sino que es algo malo que se merece una bronca.
¿Qué hacer?
• Hay que hacerle entender que lo que ha hecho no está bien, que actuando así hace daño a su compañero y que no debe repetirlo.
• Dile “no” en un tono calmado, pero firme y con desaprobación.
• Nunca le digas “eres un niño malo”. Hay que evitar etiquetar a los pequeños como malos, pegones o trastos. Los niños no son malos, lo que está mal es su acción y así hay que hacérselo ver.
• Déjale 5 minutos castigado sin jugar, para que vea que las acciones malas tienen consecuencias.
• Cuanto más claras estén las normas y los límites, antes los interiorizarán.
Ante un arañazo, debes lavar bien la herida con agua y jabón. Si no es profunda ni sangra mucho, mejor dejarla al aire. Si hay riesgo de infección, tápala con una tirita o con una gasa y esparadrapo.
Si le han mordido y sale sangre, lava bien la herida con agua y jabón y aplícale un desinfectante. Tápasela luego con una gasa. Si no sale sangre pero está hinchado, ponle hielo o una compresa con agua fría - al menos durante 20 minutos- para evitar que le salga un moratón.