La discalculia es un trastorno de aprendizaje asociado a las matemáticas, en el que se pueden presentar determinadas dificultades en la integración de los símbolos numéricos, relacionadas con el pensamiento operativo, en la clasificación, en la seriación, en la realización de operaciones y en la comprensión aritmética, entre otras dificultades propias de las matemáticas. Los padres podemos contribuir a que nuestro hijo mejore con unas actividades para niños con discalculia.
¿Cómo tratar la discalculia? se habrá preguntado más de un padre cuyo hijo presenta problemas severos en el cálculo y las matemáticas en general. Los padres podemos contribuir a la mejora de las capacidades matemáticas de los niños mediante ejercicios para tratar a niños con discalculia.
- La diagnosis de discalculia puede desmotivar a los niños, debemos poner remedio haciéndoles ver los talentos y aptitudes que tienen en otras materias. De este modo les damos a entender que solo tienen dificultades en una área específica del conocimiento y que esta puede ser superada con paciencia, esfuerzo y tiempo.
- Hacer los ejercicios de matemáticas con ellos para animarles a visualizar los problemas y darles tiempo suficiente a entenderlos puede ser una solución, siempre y cuando tengamos paciencia. En caso contrario, podemos plantearnos apuntar al niño a clases de repaso.
- Realizar dictados, copias de números y otros ejercicios numéricos entretenidos puede ayudar al tratamiento de la discalculia. Otra actividad para niños con discalculia es hacerles llevar la puntuación de un partido de baloncesto o de tenis, que requiere de un pequeño cálculo mental.
- Abordar un problema mediante casos prácticos y así explicar más fácilmente el procedimiento, el porqué, de dichas operaciones estimulará a que los más pequeños entiendan las operaciones con más facilidad.
- Los ejercicios perceptivo-motores son una actividad básica para ayudar a los niños con discalculia. La mejora de la orientación espacial y de la organización temporal, relacionándolos con el sentido del ritmo y la coordinación entre la visión y el movimiento ayudará a mejorar; aportarán un mayor conocimiento de su esquema corporal, que suele ser deficiente en los niños con discalculia.
Recordad que en caso que sospechemos o sepamos que el niño tiene discalculia, debemos acudir a un especialista en la materia para que ayude a nuestro pequeño a reforzar los conocimientos que tanto le cuesta interiorizar. A más, nos podrá aconsejar y darnos ejercicios para hacer con él en casa para poder reforzar aquellas áreas del cálculo y las matemáticas en las que tenga más dificultades.