A continuación se muestran una serie de consejos que nos facilitarán la comunicación con niños que presentan algún tipo de Trastorno Generalizado del Desarrollo.
- Sea lo más positivo posible: sea sincero y alabe al niño con frecuencia. Fíjese en las muchas cosas buenas e ignore las cosas de poca importancia. Muchos niños con TGD están condicionados a reaccionar negativamente a un "NO" o "NO HAGAS TAL COSA". Con frecuencia estas palabras indican que alguien está enfadado o que algo no está bien, pero no informan cómo remediar el problema. Así que use estas palabras con moderación y solo cuando requieran obediencia inmediata (en casos de emergencia). En muchas ocasiones resulta mejor decirles lo que tienen que hacer y no decirles lo que no tienen que hacer. Sea específico con la alabanza ya que resulta mucho mejor decir: "Bien hecho, te has lavado las manos", que decirle solamente "bien hecho".
- Enseñe a su hijo a escuchar: Cuando proporcione una instrucción, es necesario tener la atención del niño (llamar su atención tocándole, girándole la cabeza, consiguiendo el contacto ocular, decir su nombre previamente ante la instrucción...) y luego asegurarse que siga la instrucción. Es mejor apoyar la instrucción hablada con un gesto o dibujo que obligue al niño a prestar atención y luego asegurarse de que sigue la instrucción.
- Hay que saber qué es lo que se quiere que el niño haga: Es necesario que la persona que da la instrucción entienda claramente qué es lo que quiere que el niño haga y por qué. Hay que ser razonable en lo que se pide y la demanda debe ser tal que el niño sea capaz de hacerlo. Por ejemplo: al decirle al niño "nos vamos en cuanto me muestres que estás listo", es demasiado impreciso. Sería mejor decirle "primero ponte el abrigo y luego nos vamos a comer".
- Hay que darle una información adecuada: es necesario avisar al niño por adelantado de lo que va a pasar después. Si hay cambios, infórmele y permita que tomen parte en los planes. Hay que hacerles saber lo que va a pasar y cómo deben portarse. Use palabras, dibujos y gestos que ellos entiendan. Existen varias maneras concretas de presentar información, tales como: agendas con horario del día en orden y las rutinas, hojas en las que está marcado lo que hay que hacer y se tacha lo que se va haciendo, historias sociales o secuencias dibujadas...
- Utilice un lenguaje que sea sencillo, claro y conciso: la gran mayoría de personas con TGD suelen comprende solo una parte del mensaje dirigido a ellos. Demasiadas instrucciones y explicaciones crean frustración y confusión. Cuando una instrucción consta de varios pasos es posible dividirla, consiguiendo que el niño cumpla un paso antes de dar el segundo. Por ejemplo, "recoge tus pinturas, lávate las manos y ve al comedor", es un mensaje muy confuso, es posible que algunos niños no puedan entender todo esto y lo dejen por imposible o se enfaden. El modo correcto podría ser así, "es hora de ir a comer (pausa), coloca las pinturas en su sitio por favor", cuando el niño cumpla esta instrucción se le dice: "lávate las manos" y por último "siéntate a la mesa para comer".
- Dígale a su hijo LO QUE DEBE HACER y evite decirle lo que no debe hacer. Por ejemplo: el niño tira la comida al suelo. Es mejor decirle "recógela y tírala a la basura" en vez de decirle "no tires la comida al suelo".
- Sea lo más neutro posible al dar instrucciones: el tono de voz,la expresión de la cara, o una palabra con varios significados pueden cambiar el sentido de una pregunta, una instrucción o una frase. Cuando se dan instrucciones, es necesario explicar lo que se tiene que hacer y evitar los desafíos con el niño. Cuando las instrucciones se dan de una forma amenazadora, los niños tienden a ponerse a la defensiva y tratan de evitar o hacer lo contrario de lo pedido. Por ejemplo: es mejor decir "es hora de ir a la cama" en vez de "tienes que ir a la cama ya".
- Evite hacer preguntas con opciones a no ser que el niño tenga opciones de verdad: las frases claras le dan al niño la información necesaria para poder cumplir lo pedido. Las instrucciones se proporcionan para ser seguidas o para dar una información. No le pregunte a un niño con TGD si quiere hacer algo a menos que un "NO" sea una respuesta aceptable. Los dibujos pueden usarse en lugar de palabras para ayudar al niño a entender el orden de los acontecimientos. Por ejemplo: es mejor decir "Pedro, vamos al parque" mostrándole un dibujo, que decir "¿estás listo para ir a jugar?"
- Identifique los sentimientos: a la gran mayoría de estos niños les cuesta trabajo reconocer los sentimientos de otras personas y expresar sus propios sentimientos. Cuando se les da un nombre a los sentimientos, se ayuda a los niños a informarse sobre ellos. Por ejemplo, "estoy enfadada porque rompiste mi collar", "estoy contenta, compartiste el chocolate con tu compañero".
- Evite criticar al niño: los niños saben cuando han hecho algo "muy malo". Cuando se les critica o se les dice palabras negativas, solo sirve para disminuir su amor propio y su confianza en sí mismo. Las frases se definen con claridad, sin atacar el carácter, esto ayuda a los niño a tener una imagen positiva de sí mismos. Por ejemplo, "ve y cámbiate los pantalones", es mejor que "estás hecho un desastre", o "las manos quietas" en lugar de "qué malo eres, has pegado a Susana".
- Evite los reproches: use reglas consistentes y neutrales. Lo reproches son en beneficio de los adultos, no de los niños con TGD. Los reproches tienen poco sentido para ellos y no efectuarán cambio alguno en el comportamiento. Por ejemplo, evite decir "tú sabes hacerlo mejor que esto" o "¿cuántas veces te he dicho que no vayas por la carretera?, es mejor decirle "La regla es: las bicicletas solo se usan por la acera".
- Evite las amenazas: es mejor evitar las amenazas, ya que con frecuencia dan paso a una reacción negativa. Por ejemplo, es mejor decir "busca tu dinero primero, luego iremos al McDonalds", en vez de "si no buscas el dinero NO iremos al McDonalds".