Preguntas frecuentes sobre la Dislexia (PARTE 2)

Mi hijo tiene Dislexia...¿qué hago?

* Informarse si desde su centro escolar puede recibir la intervención específica que demanda su hijo o hija con el especialista indicado (Maestro de Audición y Lenguaje y Logopeda, en algunos casos Psicopedagogo).

* Valorar si el tratamiento que va a recibir en el colegio es suficiente en cuento a la duración de las sesiones y si estas son individuales o grupales, ya que afecta al ritmo y mejora del aprendizaje. Si no fuera suficiente esta intervención, puede acudir a un centro externo en el que su hijo reciba el apoyo individualizado, que reúna las características personales, sociales y académicas para que su progresión en dicho aprendizaje sea más rápida y eficaz.

* Debemos tener en cuenta el carácter del centro (público, privado o concertado) puesto que la respuesta educativa a los alumnos y a las alumnas con Dislexia será diferente en cada caso.

¿Cuándo empezamos a notar mejoría?

La mejoría va a depender del tipo y el momento de intervención, cuanto más temprana sea la misma antes podremos ver resultados positivos.

Para poder concluir que una Dislexia está superada es necesaria una intervención de un tiempo aproximado de 18 a 24 meses, aunque variará en función del tratamiento, implicación de la persona con Dislexia, entorno de la misma y momento de intervención.

Sin embargo, es posible ver resultados positivos a partir del tercer mes aunque estos no pueden ser demostrados empíricamente a través de pruebas estandarizadas debido a las características propias de estas pruebas que no permiten su aplicación en un tiempo inferior a un año desde la primera evaluación.

¿La Dislexia se cura?

A pesar de los tratamientos existentes, no es posible una cura definitiva para la misma. Estos tratamientos se centran en proporcionar estrategias y técnicas para reducir las dificultades en lectura. 
En el caso de que se proporcionen los apoyos necesarios de forma temprana, el pronóstico para la persona en su edad adulta será mejor que si estos llegan después del segundo ciclo de la Educación Primaria.

La Dislexia es una dificultad que persiste durante toda la vida, pero estrenando al niño o a la niña y aprendiendo estrategias para mejorar las áreas afectadas, se consigue alcanzar las mismas metas educativas que en quienes no presentan dificultades lectoras.

¿Cómo puedo ayudar a mi hijo? Pautas para los distintos contextos.

CONTEXTO ESCOLAR

  • Trabajar siempre con una agenda en la que el alumno o alumna anota las fechas de exámenes, deberes, recados, material requerido, etc., ya que las personas con Dislexia tienen serias dificultades con la memoria a corto plazo, "despistes" ante los que, además, debemos ser pacientes.
  • Trabajar en estrecha relación entre la escuela y profesionales externos que se ocupan de la reeducación.
  • Evitar en todo momento corregir en rojo y también la corrección sistemática de todos los errores en su escritura (gráficos y ortográficos).
  • Realizar los exámenes de forma oral.
  • Intentar que no tenga más de un examen por día.
  • Los libros de lectura deben estar adecuados a su nivel lector, y mucho mejor si el libro lo puede elegir el alumnos (recordad que para una niño con Dislexia resulta muy complicado leer y tener una comprensión del texto al mismo tiempo).
  • En ocasiones su percepción visual se ve alterada, por lo que tienen dificultades para percibir lo escrito en blanco sobre negro.
  • Debemos proporcionarles más tiempo en las pruebas escritas y siempre que sea posible debemos entregarles las preguntas del examen por escrito, evitando que tengan que copiarlas de la pizarra.
  • Darles con antelación la lectura para que, sin presiones, puedan trabajarla con tiempo, antes de leerla en clase en voz alta.
  • Enseñarles estrategias de organización de la materia (mapas conceptuales, esquemas, gráficos...)
  • Reforzar positivamente sus esfuerzos y valorar su trabajo para aumentar su autoestima y disminuir la frustración en las tareas escolares.

CONTEXTO FAMILIAR

  • Infórmese sobre la dificultad que presenta su hijo o hija.
  • Proporciónele el apoyo emocional y social que requiera.
  • Hágale saber que comprende la naturaleza de su problema, y que todos tenemos alguna dificultad.
  • No le compare con otros niños y niñas, especialmente con los que no tienen dificultades, ni realice comentarios negativos.
  • Recuérdele sus aptitudes en vez de sus dificultades.
  • No le presione ni fuerce, obtendrá el resultado contrario.
  • Felicítelo cuando lo merezca y motívele en la superación de sus dificultades.
  • Sea paciente cuando el niño o la niña se olvida de las cosas. Ayúdele a planificar las tareas y a organizarse.
  • Dele instrucciones sencillas y una cada vez. Asegúrese de que las haya entendido.

Continuación del artículo escrito por escrito por el equipo de La Salle IRF, Instituto de Rehabilitación Funcional y Cinecias Aplicadas al Deporte, formado por Paloma Tejeda Navalón, Ana Salvador Rodríguez, Patricia Jiménez Rodríguez y Eva Mª Burgoa García, para la revista Educación Especial.

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