Tensión emocional en el síndrome de Asperger y Autismo

Hay mucha información relativa al estrés que sufren las familias que tienen a una persona con Asperger o Autismo en la familia. Denominado como estrés crónico, acompañado de brotes de ansiedad, depresión, etc. En suma, un gran nivel de tensión emocional.
Hemos encontrado una vasta información sobre este aspecto. Sin embargo, la información relativa al estrés, ansiedad, depresión,…, que sufren las personas que padecen el síndrome no está tan bien documentado. Casi toda la información que he encontrado está basada en qué tipo de medicamentos van mejor para combatir este tipo de estados emocionales, o algunos extremadamente divertidos sobre la influencia de los cristales de cuarzo en la paz interior de las personas con Asperger y Autismo de alto funcionamiento.
Pero salvo la hilaridad que determinadas “ofertas” místicas nos pueda producir, este es un tema bastante serio. Muchas personas con Asperger o Autismo de alto funcionamiento deben de afrontar cada día importantes retos. Aunque generalizar en este caso puede conducir a errores de bulto, ya que no hay dos personas exactamente iguales, si nos basaremos en las “generalidades” que suelen definir a groso modo a las personas referidas. Principalmente en todo aquello que es susceptible de crear estados de ansiedad, depresión, estrés, fobias, etc.
Aunque las conductas de una persona con Asperger o con Autismo de alto Funcionamiento no son exactamente iguales, sí presentan bastantes rasgos comunes a partir de la adolescencia y juventud.

Es habitual encontrarse con un estado de preocupación constante, una especie de estado de alerta perpetuo. Desde problemas asociados a la interpretación sensorial, ruidos, temperaturas, sensaciones táctiles, olores, etc, que pueden disturbar o saturar los sentidos de estas personas, a la correcta interpretación de los roles sociales comúnmente aceptados; Desde sarcasmos, expresión corporal, literalidades o dobles sentidos, en suma, algo que para la mayor parte de las personas es algo aprendido desde la infancia, para estas personas es algo no solo de difícil comprensión, es que genera un estado de rigidez continuada (a todos los niveles). Y esta tensión continuada genera estados de emocionales que desembocan en crisis de ansiedad, depresión, frustración, parasomnias, etc. Esta especie de preocupación por posibles situaciones críticas, que curiosamente casi nunca suceden (Marc Fleisher, 2006, Survival Strategies for People on the Autism Spectrum) puede generar a su vez conductas obsesivas, destinadas a tener un control de lo que les rodea, en un intento de que bajo un control absoluto de su entorno las situaciones inesperadas no sucederán. Es una especie de estado de “autodestrucción” emocional controlada.
Otra de las conductas que parecen desarrollarse sobre todo en adolescentes, es una posición de chantaje emocional hacia sus familiares más cercanos, conductas desafiantes o una posición orientada a una soledad absoluta (se puede estar rodeado de gente y estar solo).
Muchas de estas actitudes, pueden también encaminar a una obsesión por determinadas tareas o aficiones, las cuales son manejables y por tanto siempre predecibles, estas actividades pueden acabar convirtiéndose en una especie de obsesión, que es en realidad usada como vía de escape para poder estabilizar un estado de tensión. Lo que me relaja me hace feliz, y es en suma una actividad que promueve el aislamiento.
Básicamente estas personas pueden presentar un variado surtido de alteraciones emocionales que son generalmente tratadas con fármacos. Ansiolíticos para la ansiedad, a continuación antidepresivos para la depresión generada por los ansiolíticos, luego fármacos para reactivar a la persona que se quedó chof por el efecto de los medicamentos anteriores, …, en suma, que la persona acaba ingiriendo una gran cantidad de fármacos para poder sentirse “mejor”. Aunque en realidad es una sensación falsa, ya que al no curar nada, generamos una especie de conducta de dependencia hacia sustancias que provocan “felicidad”. Esta felicidad química es según mi opinión, algo peligrosa, ya que el salto a calmarse con otro tipo de sustancias es relativamente fácil.
Estamos hablando de personas que tienen una capacidad intelectual más que suficiente para poder aprender a establecer técnicas y tácticas para enfrentarse a los retos del día a día. Es quizás más útil una buena formación, terapias, charlas… que un surtido de píldoras.
Tanto el libro de Marc Segar como el de Marc Fleisher, contienen infinidad de técnicas útiles y una visión acorde a la forma de pensar de personas que tienen este Síndrome. No debemos de olvidar que a menos nivel de tensión padece la persona, menos tensión genera en su entorno, es más adecuado resolver el “problema” que genera las tensiones familiares a que una parte de la familia se dope en un intento de obtener paz a partir de la química.

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