El Diario Emocional



1- Introducción

El Diario Emocional que proponemos no es una técnica de intervención propiamente dicha sino más bien un instrumento de gran utilidad para ser utilizada conjuntamente por padres e hijos bajo supervisión del terapeuta. Por tanto, se trata de un herramienta que suele incorporase como un elemento más dentro de un paquete de medidas más amplio para ayudar en ciertos problemas de índole o base emocional en algunos niños.

2- Su justificación

En la base de muchas de las conductas disruptivas en jóvenes y niños se encuentran problemas de tipo afectivo, de vinculación, historia de malos tratos (físicos o psíquicos), poca atención emocional, separaciones, etc. 

Al igual que resulta vital para la supervivencia desde la primara infancia, la provisión de alimentos, también lo es la atención afectiva. La integridad psicológica del niño a lo largo de su desarrollo va a depender de ello.
De no ser debidamente atendidas estas necesidades primarias estamos introduciendo un factor de riesgo para la aparición o incremento de la inseguridad, los miedos y, más adelante, las conductas agresivas. 

(Para más información visitar nuestras páginas: Trabajando el vínculo afectivo con nuestros hijos yTrastorno del vínculo).

El instrumento que proponemos no supone una solución magistral a un problema complejo sino que pretende acercarnos a algo que consideramos fundamental en el tratamiento y prevención de algunas conductas disruptivas con base emocional: Abrir una puerta de comunicación entre padres e hijos para que las emociones y sentimientos fluyan y se expresen dentro de un marco controlado y amigable en lugar de hacerlo de otras formas (somatizaciones, depresión, miedos, ansiedad, agresividad, intolerancia, etc.).

3- Cómo funciona

1º- Hay que delimitar un tiempo cada día para poder estar con el niño. Un buen momento es por la noche justo antes de acostarse (siempre que el niño no esté excesivamente cansado). El tiempo puede ser variable según edad y circunstancias. Normalmente con 15 o 20 minutos puede ser suficiente.

2º- El niño tendrá una libreta (diario emocional) que previamente ha escogido y sea de su gusto. 

3º- Los padres conjuntamente o uno de ellos (u otro en su ausencia) pedirán al niño que haga un pequeño balance del día (empezar por las cosas positivas y dejar para el final las negativas). Ahora es el momento de sacar aquellas cosas que no han ido bien y tratarlas relajadamente, con sentido positivo y compartiendo estrategias comunes para superarlas. 
Según la edad y/o capacidad verbal del niño puede que tenga cierta dificultad para expresarse o no comente aspectos relevantes. Los padres deberán tener la habilidad suficiente para irlo guiando hacia el terreno que deseamos con sutileza. No se trata de recriminar sino de hacerle ver en qué puede mejorar y cómo hacerlo. También de alabar sus cosas buenas.

4º- Si el niño ya sabe escribir y según su capacidad, deberá anotar muy brevemente aquellas cosas que considere relevantes (positivas y negativas) en su diario y lo que es más importante: cómo se ha sentido. 
Por ejemplo: “Hoy el maestro me ha castigado y me he sentido triste”
Los padres deben guiarlo en la expresión verbal de lo que ha pasado, cuales han sido las consecuencias y sus sentimientos. No se trata tanto de consolarlo y minimizar los problemas que haya podido tener para tranquilizarlo sino de hacerle saber que formamos un equipo con él y que estamos ahí para ayudarle en lo que necesite. 

Tampoco se trata de que le hagamos cada día un interrogatorio sino que nos habituemos a hablar acerca de nuestras experiencias diarias. No forzarlo si no lo desea. En este caso recordarle que estamos allí para escucharle y que cuando lo desee estamos disponibles. 

5º - El objetivo fundamental no es tanto la solución de sus pequeños problemas diarios sino la de trabajar la expresión emocional de los mismos para consolidar el hábito de compartir y comprendernos mejorar para minimizar los conflictos.
A pesar de que el niño se muestre (normalmente al inicio del programa) reticente a manifestar sus emociones más intimas, el mensaje que recibe es muy contundente: “Mis padres están ahí para escucharme”. Ello supone un afianzamiento de su seguridad emocional y de los lazos afectivos e indirectamente se reducen las posibilidades de conductas disruptivas.

6º- Cuando analicemos el día, destacar especialmente los aspectos positivos, los pequeños avances en aprendizaje o conducta. Para finalizar la sesión podemos introducir un pequeño juego o actividad (leer un cuento, etc.).

7º- El registro de todas estas experiencias por parte del niño incrementan su percepción de las diferentes situaciones y el modo correcto de hacerles frente. Igualmente ofrece a lo largo del tiempo información relevante acerca de la evolución del niño en los aspectos trabajados.

8º- El Diario emocional puede tomar diferentes formas y debe ajustarse a las necesidades y peculiaridades de cada familia e hijos. Aquí sólo exponemos algunos rasgos generales como punto de partida. 

El Diario no es un tratamiento en sí mismo sino la excusa, el motivo aparente de algo que es más profundo: Un vehículo para la expresión de los sentimientos y emociones de nuestros hijos como paso previo para comprenderles y hacer que crezcan más fuertes psicológicamente. 

Para los niños más pequeños que no pueden todavía escribir, pueden utilizar igualmente una libreta y en lugar de escribir colocaran la pegatina que refleje mejor el estado emocional de ese día. Pueden utilizarse diferentes modelos que expresen diferentes niveles de alegria o tristeza. A continuación, a modo de ejemplo, mostramos los Gomets Mr. Smiley comercializados por la empresa Apli en España.

4- Ventajas de su aplicación:

1Regularizar un espacio de comunicación diario y de calidad con el niño.
2Aumentar su seguridad emocional y autoestima al sentirse escuchado y acompañado.
3Mejorar la vinculación afectiva con los padres.
4Reducir miedos y ansiedad ante situaciones nuevas.
5Reducir enfermedades somáticas.
6Aprender a resolver los problemas (con la guía de los padres).
7Saber identificar las emociones y autocontrolarlas.
8Tener un registro de la evolución del niño en los aspectos que trabajemos.

5- Problemas habituales en su aplicación

1Falta de tiempo por parte de los padres.Normalmente las tareas familiares se condicionan a las disponibilidades que nos deja el trabajo. Debemos tomar este tiempo como prioritario y anteponerlo a otras cuestiones si queremos avanzar.
2No ser constantes en su aplicación.Podemos apoyarnos, si los padres no podemos un día, con algún familiar próximo de confianza (abuelos, etc.).
3Negación del niño a colaborar.Hay que intentar motivarle. Como todo necesita su tiempo.
4Cansancio o sensación de estar perdiendo el tiempo.Los efectos no siempre son inmediatos y pueden desanimarnos si no llegan rápido. No obstante una vez llegan suelen hacerlo para quedarse.
5Necesidad de otras intervenciones.Se ha comentado ya que este instrumento suele formar parte de un conjunto más ámplio de medidas de intervención dependiendo del caso y bajo el control del psicólogo infantil.

6- Cuando utilizarlo

El Diario emocional puede utilizarse en todos los niños que disponiendo de la suficiente capacidad de comprensión y expresión verbal, estén expuestos a su vez a problemas de origen emocional, especialmente aquellos derivados de situaciones estresantes, a veces, imprevistas o incontrolables. Separaciones, malos tratos, abandonos, adopciones, celos, falta de atención afectiva por parte de los padres como consecuencias diversas (desplazamientos por trabajo, falta de recursos propios, incompetencia parental, enfermedades crónicas u hospitalización prolongada, familias monoparentales, etc.).


También puede resultar útil en cualquier niño con situación familiar normalizada pero en el que se desee potenciar la vinculación, mejorar su autoestima o reducir miedos y ansiedad.

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